Washington.- Los líderes de Armenia y Azerbaiyán firmaron este viernes en la Casa Blanca un acuerdo auspiciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que establece una hoja de ruta para poner fin a casi cuatro décadas de enfrentamientos en el Cáucaso Sur.
«Armenia y Azerbaiyán se comprometen a cesar los combates de forma definitiva, abrir el comercio, permitir los viajes, restablecer relaciones diplomáticas y respetar la soberanía y la integridad territorial mutua», declaró Trump, acompañado por el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, momentos antes de firmar el acuerdo.
Según funcionarios de la Casa Blanca, se trata de una declaración conjunta que sienta las bases para un acuerdo de paz definitivo.
Uno de los puntos centrales del entendimiento es la creación de un corredor denominado Ruta de Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional (TRIPP) – anteriormente conocido como Corredor de Zanguezur-, de unos 43 kilómetros de extensión a través de territorio armenio.
Este corredor conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván, permitiendo el tránsito comercial sin obstáculos. Aunque el control legal del territorio seguirá en manos de Armenia, Estados Unidos tendrá los derechos de desarrollo sobre esta ruta estratégica.
Además, Trump firmó acuerdos bilaterales con ambos países en materia de cooperación económica, desarrollo energético e infraestructura.
Nobel de Paz
Trump ha desplegado una estrategia diplomática para resolver conflictos sin esconder su aspiración de conseguir el Premio Nobel de la Paz.
Además del acuerdo entre Armenia y Azerbaiyán, su gobierno ha reivindicado haber facilitado las treguas entre la India y Pakistán; Ruanda y República Democrática del Congo; y Tailandia y Camboya; pero no ha logrado por ahora resolver las guerras de Ucrania y Gaza.
Tras la firma del acuerdo de este viernes, el primer ministro azerbaiyano pidió abiertamente el Nobel para Trump.
El acuerdo también pone de manifiesto la pérdida de influencia de Rusia como mediador en el Cáucaso Sur, una región en la que desempeñó un papel central desde la caída de la URSS en 1991 hasta la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj en 2020, siendo ahora reemplazada por Estados Unidos.
El conflicto de Nagorno Karabaj
Las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán han estado marcadas desde su independencia de la Unión Soviética (1991) por el conflicto de Nagorno Karabaj, un territorio controlado por separatistas armenios y reclamado por Bakú.
Entre 2020 y 2024 sus relaciones estuvieron marcadas por una fuerte tensión y constantes enfrentamientos. En septiembre de 2020 estalló una guerra a gran escala que duró seis semanas, en la que Azerbaiyán logró recuperar amplias zonas del Karabaj que había perdido a comienzos de los 1990.
El conflicto terminó en noviembre de 2020 con un alto el fuego mediado por Rusia, que implicó la presencia de fuerzas de paz rusas y la cesión de territorios clave por parte de Armenia.
En 2023, Azerbaiyán lanzó una operación militar relámpago que resultó en la rendición de las fuerzas armenias en la región y el colapso de la administración separatista.
Hace menos de un mes, el 10 de julio, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, mantuvieron un encuentro en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) para delimitar las fronteras entre ambos países y normalizar las relaciones bilaterales.
EFE