São Paulo.- La Policía Federal de Brasil denunció este miércoles al expresidente Jair Bolsonaro y a su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, por «coacción» a la Corte Suprema en el marco del proceso que afronta el líder ultraderechista por intento de golpe de Estado y aseguró que el exmandatario planeó pedir asilo al Gobierno de Javier Milei en Argentina, informaron fuentes oficiales.
La institución presentó cargos contra el exmandatario, actualmente en prisión domiciliaria, y su hijo al concluir la investigación que indagaba las presuntas maniobras de ambos para torpedear el juicio por golpismo con la colaboración del Gobierno de Estados Unidos.
La Policía sostiene que son sospechosos de haber cometido «delitos de coacción» y «tentativa de abolición del Estado democrático de derecho mediante la restricción al ejercicio de los poderes constitucionales», según informó en una nota.
El informe final sobre sus averiguaciones lo envió a la Corte Suprema el viernes pasado, pero solo este miércoles se hizo público.
El pedido de asilo de Bolsonaro en Argentina
En el documento se asegura además que Bolsonaro, actualmente en prisión domiciliaria, planeó pedir «asilo político» al Gobierno del argentino Javier Milei.
La Policía brasileña encontró, en uno de los celulares de Bolsonaro confiscados dentro del proceso por intento de golpe de Estado, un documento sin fecha en el que el líder ultraderechista solicitaba asilo al declararse víctima de una «persecución» por «motivos políticos».
Según las autoridades, los elementos encontrados indican que Bolsonaro «tenía en su poder un documento que posibilitaría su evasión de Brasil hacia la República Argentina, especialmente tras el inicio de la investigación» del caso por intento de golpe.
En el texto, el expresidente brasileño alega que en su país es «perseguido por motivos y por delitos esencialmente políticos» y que ha sido objeto de medidas cautelares desde entonces.
Los agentes sospechan además que el autor del archivo con el pedido de asilo, editable y sin firma, sería la esposa del senador Flavio Bolsonaro, uno de los hijos del exgobernante.
La acusación a Bolsonaro y su hijo
El caso por el que ahora denuncia la Policía Federal de Brasil a Bolsonaro inició el mes pasado ante la existencia de indicios de delitos de «coacción, obstrucción» de la justicia y «atentado a la soberanía nacional».
Según las autoridades del país, Bolsonaro y su hijo Eduardo, quien se encuentra en Estados Unidos desde hace seis meses, buscaron «inducir, instigar y ayudar» al Gobierno de Donald Trump «a la práctica de actos hostiles contra Brasil» con el objetivo de «archivar» la causa por golpismo.
Ante esos indicios, el magistrado Alexander de Moraes, el juez instructor en el proceso que se le sigue por golpismo en la Corte Suprema, impuso al exjefe de Estado (2019-2022) una serie de medidas cautelares, como el uso de tobillera electrónica y la prohibición de usar las redes sociales, y posteriormente decretó su prisión domiciliaria al apreciar el incumplimiento de estas.
El juicio por golpismo contra Bolsonaro en Brasil
Bolsonaro afronta en el Supremo un juicio penal bajo la acusación de «liderar» una conspiración golpista para mantenerse en el poder e impedir la toma de posesión de su sucesor, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones de 2022.
Ese juicio, en el que se enfrenta a una posible pena de 40 años de prisión y que empezará el próximo 2 de septiembre, fue el principal motivo que llevó al presidente de EE.UU., Donald Trump, a imponer un arancel del 50 % adicional a las importaciones brasileñas, así como sanciones a varios de los jueces del Supremo, entre ellos De Moraes.
El dirigente republicano alega que Bolsonaro es víctima de una «caza de brujas» y exige que el juicio «acabe inmediatamente».
Por su parte, Eduardo Bolsonaro se ha ufanado en los últimos meses de haberse reunido con autoridades de la Casa Blanca en busca de sanciones contra su propio país para ayudar judicialmente a su padre.