Madrid.- Luis Fonsi, que hoy viernes publica en todo el mundo su último disco de estudio, el undécimo, con el que celebra 25 años de carrera y que ha titulado ‘El viaje’, ha asegurado y dijo en declaraciones que “no se ve” dentro de otros 25 años en un escenario, sino más bien “pescando en su barquito”.
“Por ahora no pienso en retirarme, pero no creo que cumpla 25 años más de carrera. Todavía tengo mucha energía y quiero seguir haciendo esto por muchos años más, pero uno también tiene que saber retirarse dignamente, no creo que vaya a estar a los 65 o 70 años bailando ‘Despacito’ con la gente”, afirma mientras se marca un compás con los brazos.
Disculpa a Mick Jagger o a Bruce Springsteen, que piensan morir en el escenario, porque “son brutales”, pero él no se ve jugando en esa liga.
Para Luis Alfonso Rodríguez López-Cepero (San Juan, 1978), estos veinticinco años “han sido un viaje, y como todo viaje ha tenido altas y bajas, pero en general ha tenido mucha luz, ha sido hermoso y no me quejo absolutamente de nada”.
Cumplido su sueño, hoy Fonsi “no cambiaría nada”
“No cambiaría nada -asegura el artista-, he ido aprendiendo sobre el camino. Cuando comencé mi primer disco era cumplir un sueño, era lanzarme al vacío a través de canciones y ver si de alguna manera iba a conectar con el público”.
“Hace 25 años, era otro mundo, la música era muy diferente, especialmente la manera en que se promovían los discos y se consumía. Pero me encanta cómo el mundo ha ido girando y creciendo. Ahora -asegura-, yo siento más cercanía con el público, quizás por las redes sociales (…). Pero al final del camino, dentro de todos los cambios que hay, todo se resume en una canción, que es lo que más disfruto de mi profesión.
Puede haber mil estrategias y mil cosas, y mánagers y disqueras, que si esto, que si aquello, pero si no hay una canción no hay nada, entonces el mayor reto mío como cantautor es sentarme a escribir canciones y conectar con la gente”.
Canciones de ciudades, no todas “sus favoritas”
De ‘Buenos Aires’, a ‘Pasa la página (Panamá)’, o ‘Santiago’, ‘La romana’, ‘Marbella’, a dúo con el rapero urbano más influyente de España, Omar Montes, ‘Roma’ con Laura Pausini, o ‘Santa Marta’, con Carlos Vives, Fonsi cree que la pareja más sorprendente para su público ha sido el cantautor puertorriqueño Jay Wheeler, con el que canta ‘San Juan’, porque “él es más conocido por el género urbano y esta canción es una balada medio country”.
Las ciudades de disco no son sus “favoritas”, sino que cada una ha ido llegando a las canciones por motivos diferentes. Por motivos de inspiración, o de rimas, se ríe. En ‘Roma’ (que escribió para Laura Pausini, con quien la canta) “todo era un beso en Roma, me gustaba como sonaba”.
Sobre su forma de crear, Fonsi responde que le apasiona conocer el proceso creativo de otros artistas, de hecho, cuenta que, cuando empezaba, le preguntó a Juan Luis Guerra, que es uno de sus compositores favoritos, cómo hacía él.
“La música es algo emocional”
“Y se lo he preguntado a mucha gente y al final, creo que todos terminamos diciendo exactamente lo mismo: que la música no es como construir algo físico, es algo emocional y depende del lugar, el día, el momento que tú estés atravesando. Depende de la idea. En mi caso -comparte con EFE-, casi siempre lo primero que sale es la música, me agarro una guitarra y empiezo con una melodía y de ahí la voy construyendo y ese camino me va llevando por lugares diferentes”.
Y después, juega, experimenta, “cuando un niño chiquito está pintando y usa diferentes colores”.
Se reconoce “peleón” cuando quiere defender alguna canción que se le ha metido en el alma, sin tener en cuenta discográficas, productores, mánager o amigos, aunque afirma que siempre les pide opinión.
Pero lograr un producto acaba siendo “un balance, pero por suerte mi equipo y la disquera confían en mí, y si hay algo que me apasiona, lo apoyan”.
Sobre el impactante éxito mundial de ‘Despacito’, Fonsi dice que “no es de escarbar mucho”, sino de dejar las cosas como están, “no buscar por qué (…) Una fue una canción más que la escribí con la misma guitarra que uso para escribir el resto del disco en el mismo lugar, con el mismo flow, con la misma sonrisa de siempre”.
Su único límite, “seguir disfrutando, seguir conectando, seguir aprendiendo. Y ese es mi plan: no pensarlo demasiado, simplemente ir un día a la vez y seguir creando. Y nunca dejar de sonreír”.
EFE