Santo Domingo.- Este jueves, millones de católicos en todo el mundo se unen para celebrar el Día de Corpus Christi, una festividad profundamente arraigada en la tradición de la Iglesia Católica. Esta conmemoración, que tiene sus orígenes en el año 1208, honra la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
El Día de Corpus Christi, también conocido como la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se celebra con procesiones, misas solemnes y diversos actos litúrgicos en las comunidades católicas. La festividad tiene como objetivo fortalecer la fe de los creyentes en la transubstanciación, la doctrina que sostiene que durante la misa, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo.
La tradición de Corpus Christi se inició en el siglo XIII, cuando la hermana Juliana de Lieja, una monja agustina, tuvo visiones que la inspiraron a promover una fiesta en honor a la Eucaristía. Su ferviente devoción y sus esfuerzos culminaron en la institución oficial de la festividad por el Papa Urbano IV en 1264.
En muchas partes del mundo, el Día de Corpus Christi es celebrado con coloridas y devotas procesiones, donde los fieles recorren las calles llevando el Santísimo Sacramento en una custodia, acompañados de cánticos, rezos y flores. Estas procesiones son una expresión pública de fe y devoción, y un recordatorio del significado central de la Eucaristía en la vida de la Iglesia.
A lo largo de los siglos, Corpus Christi ha evolucionado y se ha adaptado a las culturas locales, pero su esencia permanece inalterada: la adoración y la reverencia a Cristo presente en el sacramento del altar. En este día especial, los católicos renuevan su compromiso con la fe y celebran la unión con Cristo y entre ellos como comunidad de creyentes.